· 

Dios es salvaje y sereno al mismo tiempo. Y tú, ¿puedes?


“Desde la meditación aprendemos a apreciarnos tal cual somos y abrazar las situaciones desafiantes de la vida perfeccionando  nuestras capacidades internas”. 

 

En la filosofía tántrica, Dios - la realidad última-  tiene dos atributos o cualidades del ser que son inseparables: Shiva y Shakti, las energías masculina y femenina.

Shiva es la esencia, la sustancia de Dios. Shakti, el poder creativo que esta esencia posee para hacer cualquier cosa. Así que mientras Shiva permanece inmutable, sereno, estable; Shakti, por el contrario, es dinámica y está en eterna pulsación “bailando en éxtasis”.

Tú y yo somos parte del juego de su creación y como tal esa esencia y ese poder se manifiestan en nosotros. Hay una danza de Shiva y Shakti en nuestro propio ser.

 

Reconocer esta dualidad es la invitación que nos hace la filosofía del Yoga. ¿Podemos vivir la vida – con sus afanes y reveces - desde una mirada serena? ¿Podemos abrazar nuestros deseos y miedos más recónditos con la amabilidad de una sonrisa? ¿Podemos mirar la ansiedad y la incertidumbre a la cara? ¿Podemos estar en paz con la pérdida? 

 

No se trata de ser insensibles o apáticos, muy por el contrario, se trata de amar la vida tal cual es, de manera tan profunda y plena que podamos asumir sus altas y bajas con una mente apreciativa.

 

Fácil decirlo pero ¿es posible vivir la vida intensamente sin quemarnos? Definitivamente, para hacerlo, se requiere un proceso profundo de transformación interior que nos permita acceder al Shiva que mora en nosotros, a esa parte de nuestro ser que permanece serena y apacible en medio de la tormenta. También de un compromiso constante en reconocer cómo nos estamos relacionando con el momento presente. A ese proceso se le llama Yoga. 

 

En buena medida, lo que buscamos desde la práctica del yoga y la meditación es acceder a esa esencia de Shiva para contener la intensidad de la experiencia humana. Ser íntimos con ésta para poder digerirla en su totalidad, sin evasiones, y crecernos con la experiencia de la vida. 

 

Aprender a meditar es una vía amorosa para desarrollar nuestra capacidad de tener intimidad con nuestro cuerpo y con toda esa marejada de sentimientos, emociones y pensamientos que nos desbordan. Desde la meditación aprendemos a apreciarnos tal cual somos y abrazar las situaciones desafiantes de la vida perfeccionando nuestras capacidades internas:  la estabilidad interior, paz y amplitud de Shiva. La creatividad, transformación y libre expresión del ser de Shakti.

 

Termino como empecé, si Dios es salvaje y sereno al mismo tiempo pues vivamos esta danza a plenitud. 

 


Shiva Nataraja o el Señor Danzante se mueve con total abandono desde su propia dicha extática. Sus movimientos están en perfecto balance y armonía mientras baila al ritmo de un tambor que, sujeto en su mano derecha, repercute el sonido de la creación. En su mano izquierda sostiene una lengua de fuego que simboliza lo efímero de toda creación. 

En medio de su poderoso fuego, en el que está creando planetas y constelaciones, mantiene su centro y su quietud interior. 

Él crea a partir del éxtasis, sostiene todo desde el éxtasis y destruye a los seres animados e inanimados en el éxtasis. Todos ellos surgen como expresiones artísticas de su propio ser para ser reabsorbidos en el tiempo.

Imagen de Shiva, el danzante cósmico

Write a comment

Comments: 4
  • #1

    ariadna (Wednesday, 21 October 2020 20:21)

    Hermoso y aleccionador como siempre. Gracias por compartirlo, abrazos querido Tomas

  • #2

    Alexandra Kuhn (Thursday, 22 October 2020 04:12)

    Qué útil y qué bello.
    Pertinente y propició.
    Gracias

  • #3

    Gustavo camacho (Thursday, 22 October 2020 10:17)

    Que hermoso, me llego al corazón

  • #4

    Rosario (Thursday, 29 October 2020 09:27)

    Me gustó mucho, la manera que tienes para explicar cosas tan complejas de una manera, que si bien no entiendo totalmente, me despiertan la curiosidad de indagar dentro de mi. Muchas gracias. Bendiciones